Yo, yo, yo, yo,…
y tú?
La forma de comunicarnos con los demás está cambiando constantemente.
En la actualidad hemos aprendido a salvar nuestro pellejo para salir airosos de situaciones difíciles, incluso muchas veces siendo conscientes del daño que hacemos a otros. Pero eso no importa, porque nosotros hemos conseguido nuestro objetivo y eso es lo que vale.
Esta forma de pensar egoísta, individual y sin empatía, reduce notablemente el bienestar social y perjudica gravemente las relaciones entre las personas, especialmente en el mundo laboral.
Sólo haciendo el bien hacia nosotros mismos y el bien hacia los demás podemos conseguir un objetivo común: EL CRECIMIENTO PERSONAL Y SOCIAL.
Con esto me refiero a la observación que debemos hacer cuando hablamos con nuestros hijos e hijas, cuando hablamos con nuestros compañeros de trabajo, con nuestra pareja, con nuestros amigos y familiares. ¿Qué quiero transmitirle? ¿Qué pienso de él o de ella? ¿Sé como se siente? ¿Le hago ver cómo me siento yo de forma asertiva? ¿Le escucho? ¿Hago algo para mejorar la relación? ¿Soy capaz de conseguir mi objetivo ayudando a la otra persona a conseguir el suyo?…
Párate y piensa si estás conectando con la otra persona, si respetas su forma de hacer las cosas, de sentir y de pensar, si entiendes su postura aunque a veces no la compartas. Y desde ese punto inicia la comunicación positiva.
La EMPATÍA es una habilidad esencial para desenvolvernos con éxito en la vida, para tener reconocimiento social y para aprender a conectar con el otro.
NO DEJEMOS NUNCA DE PRACTICARLA en beneficio de los demás y en el nuestro propio.
Inma T.